A partir de la película Una giornata particolare de Etore Scola, Laura
y Daniel armaron este espéctaculo sobre el uso de la imaginación. Al
prescindir de todo aparato escenográfico y de cualquier “truco”,
efecto, maquillaje o elemento grandilocuentemente “teatral”, quedan al
desnudo dos grandes actores para contarnos una historia de amor entre
un homosexual y un ama de casa en pleno auge del fascismo italiano.
Así, aquellas prohibiciones se vuelven un eco que anuncia el avance de
las prohibiciones del presente, de la creciente derechización de
nuestro país, pero también Giménez Cacho y Almela construyen un
alegato en favor del poder del actor para levantar los mundos
imaginarios que, ante la veneración de nuestra escena por las
tecnologías, nos llevan de nueva cuenta a la esencia del teatro: la
actuación como centro del suceder en las tablas o, en concreto, y dado
el escenario del Teatro El Milagro, en el espacio desnudo de un teatro
sin maquillajes.

Notas críticas