Él
10 de septiembre de 2015
Créditos
él, de e.e. cummings
Dirección y actuación
Laura Almela, Daniel Giménez Cacho y Rodrigo Espinosa.
Iluminación
Gabriel Pascal
Traducción
Tina French y Juan José Gurrola
Asistentes de iluminación
Alejandra Escobedo y Brenda Vaca
Producción ejecutiva
Ramiro Galeana Mellín
“Actuar es lograr que un caracol caminé por una navaja”, aseguraba
Ludwik Margules. Bajo esa máxima, Laura Almela y Daniel Giménez Cacho
se mueven para crear “él”. Un espectáculo que funciona como extensión
y reafirmación de un método de trabajo realizado en un par de montajes
previos: Trabajando un día particular y La tragedia de Macbeth. Junto
al concepto de puesta en riesgo, el actor debe ser un acróbata sugiere
Cummings en elgunos pasajes del texto, quizá el término que mejor
explique lo que le sucede a estos dos actores sea el de libertad. En
los montajes referidos, donde la serendipia actoral y teatral hizo
presencia, han agotado sus técnicas y recursos actorales. De ahí la
importancia de montar a Cummings y regresar a Gurrola: actuar debe ser
un acto rebosante de adrenalina. Un riesgo perpetuo.
El elemento activo del drama de cummings se funda en la impostura.
Una ficción de entidades disfrazadas que se funda en la tragedia
actor-personaje, máscara-máquina. El juego escénico y la revelación de
un significado ulterior que la careta resguarda. Impostura que atañe
al orden moral, acción que ilustra un proceso genérico conocido como
“la educación sentimental”. él, una obra traducida por Tina French y
Juan José Gurrola, posee la pureza escénica e histriónica más
elocuente que se ha sentido jamás y, al mismo tiempo, una crítica del
hecho teatral, la volteada al revés, la espiada, la sacudida. Todo
apela a una esfera poética donde los actores no tienen posibilidad de
tregua: la poética absoluta del actor.
Notas críticas