La Belleza
David Olguín
Elenco
Laura Almela, Mauricio Pimentel y Rodrigo Espinosa
Iluminación y escenografía
Gabriel Pascal
Vestuario
Rodrigo Muñoz
Coreografía
Rafael Rosales
A partir de hechos reales que se reconstruyen con la fuerza de la ficción y el misterio de un mundo singular, La belleza de David Olguín cuenta la historia de Julia Pastrana, mujer sinaloense nacida en el siglo XIX; quien padecía el síndrome de hipertricosis lanuginosa. Esta condición la hacía portadora de rasgos simiescos en el rostro y abundante pelambre en todo el cuerpo.
Olguín se adentra en la compleja relación de Pastrana con su propietario y representante: Theodor W. Lent, un empresario circense del sur de Estados Unidos. La obra cuenta las peripecias de esta pareja en su viaje artístico a lo largo de Europa pero a la par que profundiza en una relación entrañable, perversa, una pasión de amor donde la complejidad de las vidas en juego abre preguntas por demás perturbadoras: ¿qué nos engancha amorosamente a otra persona?; en materia de sexualidad, ¿cómo afloran los otros que llevamos dentro?
La belleza tiene relación con trabajos previos de Olguín, en cuya obra ha discutido temas sobre la esencia o naturaleza de la identidad mexicana, obras como Clipperton y La lengua de los muertos. Sin perder textura onírica o poética, la historia en La belleza sigue funcionando como punto de partida para proponer una metáfora que cuestiona aspectos de la idiosincrasia mexicana del presente. ¿Cómo nos vemos desde nuestra condición mestiza o indígena frente a los cánones de belleza que establece el pensamiento anglosajón dominante? ¿Cómo operan los mecanismos de dominación a través de la imagen física? En los freakshows del siglo XIX desfilan fenómenos y criaturas heterodoxas. Deleitan a las metrópolis blancas como peculiaridades de un mundo del espectáculo. A partir de relaciones humanas encarnadas, con una apuesta a una actoralidad semejante a la que vimos en el montaje que Olguín hiciera de Tío Vania, La belleza trastoca el orden de lo espectacular para dar paso a lo singular, lo excepcional de la persona y el enganche absolutamente particular con el otro.
En 2013, y en medio de discusiones acerca de los derechos humanos de Julia Pastrana, los restos de la sinaloense fueron repatriados. Ahora, en esta obra provocadora y entrañable, Julia vuelve a escena.
Notas críticas